Cuál es El Amor de Dios




Jehová es el Dios de amor


“Dios es amor.” (1 JUAN 4:8, 16)
¿Cuál es la cualidad más sobresaliente de Dios? b) ¿Qué piensa usted de que el Creador sea unDios de amor?
LA BIBLIA dice que “Dios es amor”. No dice que Dios tenga amor, sino que es amor(1 Juan 4:8). De todas las cualidades de Jehová, esa es la más sobresaliente. ¡Qué bueno es saber que el Creador de todo lo que existe en los cielos y en la Tierra es unDios de amor! Todo lo que hace, lo hace por amor.
¿De qué podemos estar completamente seguros? (Vea la ilustración del principio.)
El tierno cariño que Jehová siente por los seres humanos es una garantía de que todas las promesas que les ha hecho se cumplirán al pie de la letra. Por ejemplo, Jehová “ha fijado un día en que se propone juzgar la tierra habitada con justicia por un varón a quien ha nombrado”, Jesucristo, y podemos estar completamente seguros de que así será (Hech. 17:31). A todos los que acepten la autoridad de Dios y obtengan su aprobación les espera un futuro brillante y eterno.

¿QUÉ SE HA DEMOSTRADO A LO LARGO DE LA HISTORIA?

¿Cómo cree usted que sería el futuro del universo si Dios no sintiera amor por nosotros?
¿Puede imaginarse cómo sería nuestro futuro si el Creador no nos amara? Si no sintiera amor por nosotros, dejaría que el hombre y su cruel diosel Diablo, siguieran causando desastres como lo han hecho hasta ahora (2 Cor. 4:4; 1 Juan 5:19;lea Revelación 12:9, 12). No cabe la menor duda: sin el amor de nuestro queridoDiosel futuro del universo sería espantoso.
¿Por qué permitió Jehová que se rebelaran el Diablo y el hombre?
El Diablo se rebeló contra Jehová y consiguió que Adán y Eva hicieran lo mismo. Se atrevió a poner en duda que Dios tuviera el derecho de gobernar a su creación y dio a entender que a los seres humanos les iría mejor si él los gobernaba (Gén. 3:1-5). Aunque Jehová le dio permiso para que tratara de demostrar que tenía razón, el permiso fue temporal. Dios solo dio el tiempo suficiente para dejar bien claro que ningún gobierno aparte del suyo tiene la capacidad de hacernos felices. Y como lo ha demostrado la historia, ese objetivo se logró.
¿Qué ha demostrado la historia más allá de toda duda?
Tan solo en los últimos cien años, las guerras han matado a más de cien millones de personas, y la situación mundial no ha dejado de empeorar. Eso es precisamente lo que la Biblia predijo que sucedería en “los últimos días” de este mundo: los hombres malos e impostores irían de mal en peor (2 Tim. 3:1, 13). A estas alturas no queda absolutamente ninguna duda. Como dice la Biblia, “al hombre terrestre no le pertenece su camino. No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso” (Jer. 10:23). Jehová no creó al ser humano ni con la capacidad ni con el derecho de independizarse de él.
¿De qué ha servido el permiso temporal que Jehová le dio a Satanás?
Pero el permiso temporal que Jehová le dio a Satanás ha cumplido otro objetivo: ha servido de precedente. Nunca más se podrá volver a cuestionar el derecho y la capacidad de Dios de gobernarnos. Si después del fin de este mundo malvado alguien vuelve a intentarlo, no hará falta darle tiempo para que trate de probar sus acusaciones. ¿Por qué? Porque no es necesario demostrar el mismo punto dos veces. Jehová no tiene por qué volver a tolerar la maldad. Estará en la libertad de eliminar de inmediato a cualquier rebelde.

DIOS HA DEMOSTRADO QUE NOS QUIERE

¿De qué muchas maneras ha demostrado Dios que ama a la humanidad?
Jehová nos ha demostrado su gran amor de muchas maneras. Piense, por ejemplo, en el universo, tan hermoso y colosal. Contiene miles de millones de galaxias, cada una de ellas con miles de millones de estrellas y planetas. La galaxia en que vivimos, llamada Vía Láctea, contiene una estrella muy especial: el Sol. Sin él no existirían las innumerables formas de vida que existen en nuestro planeta. Todo lo anterior es prueba clara de que Jehová es un Dios único y de que su poder, sabiduría y amor son incomparables. Así es, “las cualidades invisibles de él se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder [eterno] y Divinidad” (Rom. 1:20).
Además, el Creador preparó la Tierra con todo lo necesario para que las plantas, los animales y el hombre pudieran habitarla. Y al hombre le regaló un bello jardín, así como una mente y un cuerpo perfectos, capaces de vivir para siempre (lea Revelación 4:11).Como bien dice la Biblia, él le “da alimento a [todo ser vivo]: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido” (Sal. 136:25).
Aunque Jehová es un Dios de amor, hay algo que odia. ¿Qué es?
Aunque Jehová es un Dios de amor, odia la maldad. La Biblia dice: “Oh Dios, la maldad no te agrada; [...] aborreces a todo el que hace lo malo”. Y luego añade que “detesta a los asesinos y a los engañadores” (Sal. 5:4-6Nueva Traducción Viviente).

PRONTO DESAPARECERÁ LA MALDAD

¿Qué hará Jehová con los malvados? b) ¿Qué hará con los justos?
Como hemos visto, Jehová es un Dios de amor y odia el mal. Por eso limpiará su creación entera de maldad cuando lo considere oportuno. La Biblia promete: “Los malhechores mismos serán cortados, pero los que esperan en Jehová son los que poseerán la tierra. Y solo un poco más de tiempo, y el inicuo ya no será”.

Además asegura que los enemigos de Jehová desaparecerán como las flores de los prados y como el humo (Sal. 37:9, 10, 20).
Por otro lado, la Biblia promete: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella” (Sal. 37:29). Ellos “hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz” (Sal. 37:11). Jehová cumplirá esta promesa porque ama a sus siervos y quiere lo mejor para ellos. Revelación 21:4 asegura que “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”. ¡Qué futuro tan maravilloso les espera a quienes reconocen la autoridad del Creador y lo obedecen!
¿Quiénes son los inocentes?
En la Palabra de Dios leemos: “Vigila al [inocente] y mantén a la vista al recto, porque el futuro de ese hombre será pacífico. Pero los transgresores mismos ciertamente serán aniquilados juntos; el futuro de los inicuos verdaderamente será cortado” (Sal. 37:37, 38). El inocente es todo el que llega a conocer a Jehová y a Jesús, y obedece los mandatos de la Biblia (lea Juan 17:3). 

Esa persona se toma muy en serio las palabras de 1 Juan 2:17, que dice: “El mundo va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. En vista de que el fin está cada vez más cerca, es urgente que confiemos en Jehová y andemos en sus caminos (Sal. 37:34).

LA MAYOR MUESTRA DE AMOR DE DIOS

13. ¿Cuál es la mayor muestra de amor de Jehová?
13 Es cierto que somos imperfectos, pero aun así podemos andar en los caminos de Dios. Además podemos ser sus amigos. ¿Cómo es eso posible? Gracias a la mayor muestra de amor que nos ha hecho: dejar que su Hijo muriera para rescatarnos del pecado y la muerte que heredamos de Adán (lea Romanos 5:12; 6:23). Jesús pasó millones de años en el cielo con su Padre y siempre lo obedeció. Por eso, Dios sabía que en la Tierra haría lo mismo. Como lo ama con todo el corazón, sufrió muchísimo al ver lo mal que lo trataron. Jesús defendió el derecho de Jehová a gobernarnos y demostró que un ser humano perfecto puede ser fiel a su Creador aun en las situaciones más difíciles.








¿Qué se logró gracias a la muerte de Jesús?
Como vimos, Jesús defendió con ardor el derecho de Jehová a gobernarnos y fue fiel hasta la muerte. Gracias a eso pudo pagar el rescate que necesitaban los seres humanos para vivir en el nuevo mundo que Dios ha prometido.

¡Qué agradecidos debemos estar!

El apóstol Pablo comprendía muy bien el amor que nos tienen Jesús y su Padre.

Por eso dijo lo siguiente: “Cuando nosotros los pecadores no podíamos salvarnos, Cristo murió por nosotros. Murió en el tiempo escogido por Dios. En realidad, no es fácil que alguien esté dispuesto a morir en lugar de otra persona, aunque sea buena y honrada. Tal vez podríamos encontrar a alguien que diera su vida por alguna persona realmente buena. Pero aunque nosotros todavía éramos pecadores, Dios nos demostró su gran amor al enviar a Jesucristo a morir por nosotros” (Rom. 5:6-8Biblia en Lenguaje Sencillo).

Por su parte, el apóstol Juan escribió: “Por esto el amor de Diosfue manifestado en nuestro caso, porque Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que nosotros consiguiéramos la vida mediante élEl amor consiste en esto, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio propiciatorio por nuestros pecados” (1 Juan 4:9, 10).
15 Jesucristo mismo dijo: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Jehová nos quiere tanto que estuvo dispuesto a pagar el precio más alto que existe con tal de ayudarnos, lo cual demuestra que siempre nos amará. Con razón Pablo escribió: “Estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni gobiernos, ni cosas aquí ahora, ni cosas por venir, ni poderes, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra creación podrá separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor” (Rom. 8:38, 39).

La ley del amor escrita en el corazón

“Pondré mi ley dentro de ellos, y en su corazón la escribiré.” (JEREMÍAS 31:33.)
¿Qué veremos en este artículo? b) ¿Cómo se manifestó Jehová en el monte Sinaí?
EN LOS dos artículos anteriores aprendimos que cuando Moisés descendió del monte Sinaí, su rostro emitía rayos que reflejaban la gloria de Jehová; también hablamos del velo que el profeta usó. Veamos ahora un asunto que está relacionado con estos hechos y que es importante para los cristianos de hoy.
Cuando Moisés estaba en la montaña, Jehová le dio instrucciones. Congregados abajo, los israelitas presenciaron una imponente manifestación de Dios mismo. “Empezó a haber truenos y relámpagos, y una nube densa sobre la montaña y un sonido muy fuerte de cuerno, de manera que toda la gente que estaba en el campamento empezó a temblar. [...] Y el monte Sinaí humeaba por todas partes, debido al hecho de que Jehová había descendido sobre él en fuego; y su humo seguía ascendiendo como el humo de un horno de calcinación, y toda la montaña estaba temblando muchísimo.” (Éxodo 19:16-18.)
¿Qué utilizó Jehová para dar los Diez Mandamientos a Israel, y qué comprendió la nación?
Jehová, hablando al pueblo mediante un ángel, les dio lo que se conoce como los Diez Mandamientos (Éxodo 20:1-17). En vista de lo sucedido, no podía quedar ninguna duda de que aquellas leyes procedían del Todopoderoso. Jehová escribió esos mandamientos en tablas de piedra, las mismas que Moisés quebró cuando vio a los israelitas adorando un becerro de oro. Por eso, Dios volvió a inscribir los mandamientos sobre piedra. Esta vez, cuando Moisés bajó con las tablas, de su rostro salían rayos. Con tales señales, de seguro todos comprendieron que aquellas leyes tenían una enorme importancia (Éxodo 32:15-19; 34:1, 4, 29, 30).
¿Por qué tenían tanta importancia los Diez Mandamientos?
Las dos tablas grabadas con los Diez Mandamientos se guardaron dentro del arca del pacto, que estaba ubicada en el Santísimo del tabernáculo y posteriormente del templo. Las leyes inscritas en ellas exponían los principios básicos del pacto de la Ley mosaica yconstituían el fundamento del gobierno de Dios sobre la nación. Además, eran una prueba de que Jehová estaba tratando con un pueblo en concreto, un pueblo que él había escogido.
¿De qué maneras reflejaron el amor de Jehová las leyes que él dio a Israel?
Aquellas leyes revelaron muchas características de Jehová, en particular el amor que sentía por su pueblo. ¡Qué valioso regalo resultaron ser para quienes las obedecieron! Cierto biblista escribió: “Ningún sistema moral que el hombre haya formulado antes o después [...] se aproxima siquiera, y mucho menos iguala o supera, a los Diez Mandamientos dados por Dios”. Refiriéndose a toda la Ley mosaica, Jehová dijo: “Si ustedes obedecen estrictamente mi voz y verdaderamente guardan mi pacto, entonces ciertamente llegarán a ser mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos, porque toda la tierra me pertenece a mí. Y ustedes mismos llegarán a ser para mí un reino de sacerdotes y una nación santa” (Éxodo 19:5, 6).
Una ley escrita en el corazón
¿Qué ley ha resultado más valiosa que las que se escribieron en piedra?
No cabe duda de que aquellas leyes divinas eran de gran valor. Pero ¿sabía usted que los cristianos ungidos poseen algo mucho más valioso que leyes escritas en piedra? Jehová predijo la instauración de un nuevo pacto, uno que sería distinto del pacto de la Ley establecido con la nación de Israel. Él prometió: “Pondré mi ley dentro de ellos, y en su corazón la escribiré” (Jeremías 31:31-34). Jesús, el Mediador del nuevo pacto, no entregó personalmente a sus discípulos un código de leyes escrito. Más bien, por sus palabras y hechos inculcó la ley de Jehová en la mente y el corazón de ellos.
¿A quiénes se dio “la ley del Cristo”, y quiénes la abrazaron posteriormente?
Esta ley se conoce como “la ley del Cristo”. No se dio a la nación del Israel natural, formada por los descendientes de Jacob, sino a una nación espiritual, “el Israel de Dios” (Gálatas 6:2, 16; Romanos 2:28, 29).

El Israel de Dios se compone de cristianos ungidos por espíritu santo, a quienes posteriormente se les unió “una gran muchedumbre” de todas las naciones que también desea adorar a Jehová (Revelación 7:9, 10; Zacarías 8:23).

Como “un solo rebaño” bajo “un solo pastor”, ambos grupos abrazan “la ley del Cristo” y permiten que gobierne todos sus actos (Juan 10:16).
¿Qué diferencia hay entre la Ley mosaica y la ley del Cristo?
A diferencia de los israelitas naturales, que por nacimiento estaban obligados a cumplir la Ley mosaica, los cristianos se encuentran bajo la ley del Cristo por voluntad propia, sin que influyan factores como la raza o el lugar de nacimiento. Aprenden cómo es Jehová y cuáles son sus caminos, y anhelan hacer su voluntad. Puesto que tienen la ley de Dios “dentro de ellos”, escrita, por decirlo así, “en su corazón”, los cristianos ungidos no obedecen a Dios por el simple temor al castigo o por un mero sentido del deber. Su obediencia se basa en algo más profundo y muchísimo más poderoso. Así sucede también en el caso de las otras ovejas, que obedecen a Dios porque tienen su ley en el corazón.
Leyes basadas en el amor
¿Cómo indicó Jesús que el amor era la esencia de las leyes de Jehová?
La esencia de todas las leyes y disposiciones de Jehová puede resumirse en una sola palabra: amor. Esta cualidad siempre ha sido y será primordial en la adoración pura. Cuando a Jesús le preguntaron cuál era el mayor mandamiento de la Ley, contestó: “Amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente”.El segundo era “amar a tu prójimo como a ti mismo”. Y luego dijo: “De estos dos mandamientos pende toda la Ley, y los Profetas” (Mateo 22:35-40). Por lo tanto, Jesús indicó que todas las Escrituras Hebreas, y no solo los Diez Mandamientos, se basaban en el amor.
¿Qué indica que el amor es primordial en la ley del Cristo?
¿Sigue siendo esencial amar a Dios y al prójimo en la ley que está escrita en elcorazón del cristiano? Desde luego que sí. La ley del Cristo entraña un amor sincero aDios e incluye un nuevo mandamiento: que los cristianos se amen unos a otros con unamor abnegado. Deben amar como lo hizo Jesús, quien voluntariamente entregó la vida por sus amigos. Él enseñó a sus discípulos a amar a Dios y amarse entre ellos como éllos amó. De hecho, la cualidad principal que distingue a los cristianos verdaderos es elsobresaliente amor que se tienen (Juan 13:34, 35; 15:12, 13). Y, lo que es más, Jesús incluso les mandó que amaran a sus enemigos (Mateo 5:44).
¿Cómo demostró Jesús amor a Dios y a la humanidad?
Jesús dio un ejemplo perfecto de amor. Siendo una poderosa criatura celestial, aceptó con gusto la oportunidad de contribuir a los intereses de su Padre en la Tierra. Además de entregar su vida humana para que otros obtuvieran la vida eterna, mostró cómo se debe vivir. Fue humilde, bondadoso y considerado, y alivió a los que se sentían agobiados y oprimidos. También impartió “dichos de vida eterna” en un incansable empeño por lograr que sus oyentes conocieran a Jehová (Juan 6:68).
¿Por qué podemos decir que el amor a Dios está inseparablemente unido al amor al prójimo?
En realidad, el amor a Dios está inseparablemente unido al amor al prójimo.El apóstol Juan afirmó: “El amor es de Dios [...]. Si alguno hace la declaración: ‘Yo amo a Dios’, y sin embargo está odiando a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien no ha visto” (1 Juan 4:7, 20). Jehová es la fuente y la personificación misma del amor. Todo lo que hace es por amor. Y nosotros amamos porque él nos creó a su imagen y semejanza (Génesis 1:27). Al tratar al prójimo con amor, demostramos que amamos aDios.
Amar significa obedecer
¿Cuál es el primer paso para amar a Dios?
¿Cómo es posible amar a Dios, a quien no vemos? El primer paso es esencial: conocerlo. En realidad, es imposible amar a un extraño o confiar en él; por tal motivo, la Biblia nos anima a conocer a Dios a través de sus páginas, mediante la oración y reuniéndonos con quienes ya lo conocen y lo aman (Salmo 1:1, 2; Filipenses 4:6;Hebreos 10:25). Los cuatro Evangelios son especialmente valiosos a este respecto, ya que nos revelan la personalidad de Jehová reflejada en la vida y el ministerio deJesucristo. Nuestro deseo de obedecer a Dios y de imitar su modo de ser se vuelve más intenso a medida que lo vamos conociendo y apreciamos el amor que nos mostró. En efecto, amar a Dios significa obedecerle.
¿Por qué puede decirse que las leyes de Dios no son gravosas?
Cuando amamos a alguien, sabemos lo que le gusta y lo que no, y actuamos en consecuencia, pues no deseamos desagradarle. A este respecto, el apóstol Juan escribió: “Esto es lo que el amor de Dios significa: que observemos sus mandamientos; y, sin embargo, sus mandamientos no son gravosos” (1 Juan 5:3). No los vemos como una carga ni nos parecen demasiados. El amor guía nuestros pasos, de modo que no necesitamos aprendernos de memoria un extenso código de reglas que dirija todos nuestros actos; el amor a Dios nos sirve de guía. Cuando amamos a Dios, es un placer hacer su voluntad. Como resultado, obtenemos su aprobación y nos beneficiamosde su dirección, porque sus mandatos siempre son para nuestro provecho (Isaías 48:17).
¿Qué nos impulsará a imitar a Jehová? Explique su respuesta.
El amor a Dios nos impulsa a imitar sus cualidades. Cuando amamos a alguien, admiramos sus virtudes y tratamos de ser como él. Pensemos en la relación que existe entre Jehová y Jesús. Estuvieron juntos en los cielos durante tal vez miles de millonesde años. Se tenían un amor puro y profundo. Tanto se asemejaba Jesús a su Padre celestial que pudo decir a sus discípulos: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre” (Juan 14:9). Cuanto más conocemos y apreciamos a Jehová y a su Hijo, más deseamos ser como ellos. El amor a Jehová, junto con la ayuda de su espíritu santo, nos permitirá ‘desnudarnos de la vieja personalidad con sus prácticas y vestirnos de la nueva personalidad’ (Colosenses 3:9, 10; Gálatas 5:22, 23).
El amor en acción
¿Cómo demostramos amor a Dios y al prójimo cuando predicamos y enseñamos las verdades del Reino?
Movidos por el amor a Dios y al prójimo, los cristianos participamos en la predicación del Reino y en la obra de hacer discípulos. Así agradamos a Jehová Dios, “cuya voluntad es que hombres de toda clase se salven y lleguen a un conocimiento exacto dela verdad” (1 Timoteo 2:3, 4). Nos produce gozo contribuir a que otras personas tengan escrita la ley del Cristo en el corazón. Además, nos alegra ver cómo transforman su personalidad para reflejar las cualidades divinas (2 Corintios 3:18). Verdaderamente, ayudar a nuestro prójimo a que conozca a Dios es el regalo más valioso que podemos hacerle, pues quienes aceptan la amistad de Jehová podrán disfrutar de ella por toda la eternidad.
En vez de tener amor a los bienes materiales, ¿por qué es más sabio cultivar amor a Dios y al prójimo?
Vivimos en un mundo que concede mucho valor a los bienes materiales, hasta elpunto de amarlos. Sin embargo, estos no duran para siempre. Un ladrón puede robarlos, o quizá se deterioren (Mateo 6:19). La Biblia nos advierte: “El mundo va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:16, 17). Sí, Jehová vivirá para siempre, lo mismo que quienes lo aman y le sirven. Por consiguiente, en vez de luchar por obtener lo que este mundo ofrece, que enel mejor de los casos es solo temporal, ¿no es más sabio cultivar amor a Dios y al prójimo?
¿Cómo demostró una misionera amor abnegado?
Los que siguen la senda del amor le traen alabanza a Jehová. Veamos el caso de Sonia, quien es misionera en Senegal. Ella dirigía un estudio de la Biblia a una mujer llamada Heidi que contrajo el virus del sida a través de su esposo no creyente. Después que este falleció, Heidi se bautizó. Lamentablemente, su salud no tardó en deteriorarse, por lo que fue hospitalizada. Sonia relata: “El personal médico hacía todo lo que podía por ella, pero como eran pocos, se solicitaron voluntarios de la congregación para atenderla. La segunda noche la pasé junto a su cama en una estera, y ayudé a cuidarla hasta que murió. El médico encargado me dijo: ‘El mayor problema que tenemos es que hasta los familiares abandonan al paciente cuando se enteran de que tiene sida. ¿Por qué usted, que no es pariente, ni del mismo país, ni siquiera de la misma raza, se arriesga de esta manera?’. Le expliqué que Heidi era para mí una verdadera hermana, como si hubiéramos nacido de los mismos padres, y que por eso había sido un placer cuidarla”. Cabe decir que Sonia no contrajo ninguna enfermedad como consecuencia del amoroso cuidado que dispensó a Heidi.
Puesto que tenemos la ley de Dios en el corazón, ¿qué oportunidades debemos aprovechar?
Entre los siervos de Jehová pueden hallarse muchos ejemplos de amor abnegado.El pueblo de Dios de hoy día no se distingue por ningún código de leyes escrito. Más bien, en él se cumplen las palabras de Hebreos 8:10: “Este es el pacto que pactaré con la casa de Israel después de aquellos días —dice Jehová—. Pondré mis leyes en su mente, y en sus corazones las escribiré. Y yo llegaré a ser su Dios, y ellos mismos llegarán a ser mi pueblo”. Valoremos siempre la ley del amor que Jehová ha escrito en nuestro corazón y aprovechemos toda oportunidad para demostrar esa cualidad sublime.
¿Por qué es la ley del Cristo una posesión de valor incalculable?
¡Qué gozo nos produce servir a Dios junto con una hermandad mundial que manifiesta un amor tan intenso! Los que tienen la ley del Cristo en el corazón disfrutande una posesión que en este mundo desamorado tiene un valor incalculable. No solo cuentan con el amor de Jehová, sino que también gozan de los fuertes lazos de amorque unen a la hermandad. “¡Miren! ¡Qué bueno y qué agradable es que los hermanos moren juntos en unidad!” Aunque los testigos de Jehová viven en diferentes naciones, hablan diversos idiomas y proceden de distintas culturas, disfrutan de una unidad religiosa sin igual, una unidad que les granjea la aprobación divina. Es como escribió elsalmista: “Allí [en medio de un pueblo unido por el amor] ordenó Jehová que estuviera la bendición, aun vida hasta tiempo indefinido” (Salmo 133:1-3).
¿Qué respondería?
• ¿Cuánta importancia tenían los Diez Mandamientos?
• ¿Qué es la ley escrita en el corazón?
• ¿Qué papel desempeña el amor en “la ley del Cristo”?
• ¿De qué maneras podemos demostrar que amamos a Dios y al prójimo?

No hay comentarios: